¿Qué es el estrés?
El estrés es la reacción del cuerpo ante una situación muy difícil. El cerebro hace que nuestro cuerpo se llene de hormonas. Esto provoca que se incremente el ritmo cardiaco, se altere la presión arterial, aumente o disminuya la capacidad pulmonar y se tensen los músculos. Antes de que nos demos cuenta de lo que está pasando, nuestro cuerpo está listo para reaccionar. Cuando el episodio de estrés acaba, el cuerpo deja de estar en “alerta máxima” y vuelve a la normalidad.
ESTRÉS BUENO Y ESTRÉS MALO
El estrés es una respuesta natural del cuerpo que nos permite hacer frente a los desafíos y peligros. Todo comienza en el cerebro. El estrés bueno hace que actuemos o reaccionemos rápidamente. Cierto grado de estrés también puede ayudarnos a alcanzar nuestras metas o a rendir mejor, por ejemplo, durante un examen, una entrevista de trabajo o a la hora de practicar algún deporte.
Sin embargo, el estrés prolongado, intenso o crónico puede hacernos mucho daño. Cuando el cuerpo está siempre en estado de “alerta máxima”, podemos sufrir en sentido físico, emocional y mental. Nuestro comportamiento y la forma de tratar a los demás quizás se vean afectados. El estrés crónico puede hacer que alguien abuse de alguna sustancia o adopte otros hábitos poco saludables. Incluso la persona podría llegar a deprimirse, sufrir agotamiento extremo o pensar en el suicidio.
Aunque el estrés no afecta a todos por igual, puede provocar una gran variedad de enfermedades y afectar a casi cualquier parte del cuerpo.

CÓMO AFECTA EL ESTRÉS A SU CUERPO
El sistema nervioso
El sistema nervioso hace que se liberen hormonas, como la adrenalina y el cortisol. Esto aumenta el ritmo cardiaco, la presión arterial y los niveles de glucosa en la sangre para reaccionar con rapidez ante el peligro. Demasiado estrés puede provocar:
- irritabilidad, ansiedad, depresión, dolor de cabeza e insomnio
El sistema musculoesquelético
Los músculos se tensan para protegernos de las lesiones. Demasiado estrés puede provocar:
- dolor en el cuerpo, dolor de cabeza por tensión y espasmos musculares
El sistema respiratorio
Al respirar más rápido, tomamos más oxígeno. Demasiado estrés puede provocar:
- hiperventilación, dificultad para respirar y ataques de pánico a quienes son propensos a sufrirlos
El sistema cardiovascular
El corazón late más rápido y más fuerte para distribuir la sangre por todo el cuerpo. Los vasos sanguíneos se ensanchan o se estrechan a fin de mandar sangre adonde más se necesite, por ejemplo, a los músculos. Demasiado estrés puede provocar:
- infarto, hipertensión y accidentes cerebrovasculares
El sistema endocrino
Las glándulas producen hormonas, como la adrenalina y el cortisol, que ayudan a que el cuerpo reaccione ante el estrés. El hígado aumenta el nivel de azúcar en la sangre para darnos más energía. Demasiado estrés puede provocar:
- diabetes, defensas bajas —y por lo tanto más enfermedades—, cambios de humor y aumento de peso
El sistema gastrointestinal
La forma en la que el cuerpo procesa los alimentos se ve alterada. Demasiado estrés puede provocar:
- náuseas, vómitos, diarrea y estreñimiento
El sistema reproductivo
El estrés podría afectar el deseo y la función sexual. Demasiado estrés puede provocar:
- impotencia sexual o alteración del ciclo menstrual
